lunes, 30 de mayo de 2011

Pensamientos antes del inicio

Después de varios meses de arduas cavilaciones sobre donde iniciar mi nueva peregrinación, finalmente he decidido realizar el Camino Francés. Empezaré en Saint Jean Pied de Port y si todo va bien llegaré hasta Santiago. Estuve pensando hacerlo desde Granada (espero hacerlo algún año) que es mi segunda patria, pero se iba a extender demasiado en tiempo y quizás el entrenamiento de este año no haya sido el adecuado. En cualquier caso no me arrepiento de la decisión tomada, puesto que mi sueño era hacer el Camino Francés completo y ese fue el motivo de retomar mi olvidada afición por la bicicleta.

Una vez leí que el Camino se empieza cuando uno toma la decisión de hacerlo. Yo este lo empecé hace dos años, el mismo día que llegué a Santiago. Aun tengo frescos, en mi maltrecha memoria, los sentimientos desbordados y la gran emoción vivida durante la misa del peregrino de hace 2 años. Después de aquello tuve claro que tenía que hacer el Camino completo.

Ese mismo año, mes y medio después, inicié un nuevo Camino con Pilar. Esta vez andando y empezando desde el principio. Esto no hizo mas que reafirmar mi convencimiento y deseo de hacerlo completo en bicicleta. No obstante, espero con el mismo entusiasmo de hace 2 años continuar la peregrinación con ella a pié desde Los Arcos, que es el punto en que nos quedamos. Seguro que un año de estos llegaremos a Santiago andando, y viviremos juntos las emociones que, de momento, yo he vivido en solitario.

He de decir que el Camino andando es mucho mas duro que en bicicleta. Al menos esa es mi opinión, ya que he probado de ambas maneras. Quizás andando se vive mas intensamente, ya que te relacionas mas y tienes mas tiempo para charlar, observar y disfrutar en general. Pero para los que nos gusta la bicicleta, tener una nueva ruta cada día, poder decidir si sigues o si paras creo que no tiene precio.

En fin, que ya tengo los nervios en el estómago ante la proximidad del inicio. Las emociones comienzan a abrirse paso en mi cabeza y sobre todo, tengo unas ganas tremendas de verme ya en Saint Jean Pied de Port, con mi equipación bicigrina, encima de la bicicleta subiendo por los pirineos.